jueves, 4 de abril de 2013


Isabelle Eberhardt, una biografía

¿Qué llevó a una mujer de 20 años, como Isabelle Eberhardt (1877-1904), al norte de África a finales del siglo XX? Explicaciones las hay, algunas convincentes como las que recogen el libro Isabelle Eberhardt. Biografía, de la egipcia Eglal Errera, en Editorial Circe. Una obra que sirve para ahondar en la faceta literaria de la escritora nacida en Suiza que adoptó la lengua francesa y profesó el islamismo 

Muchas pueden ser las respuestas, aunque la principal causa de la huida, más bien búsqueda, se enmarca en las ansias de libertad y alejamiento del opresivo hogar en Ginebra (Suiza). En la singular mansión paterna, Isabelle dio sus primeros pasos y adquirió un heterodoxo bagaje cultural fruto de las enseñanzas de su padre, un anarquista de carácter atrabiliario y origen armenio. De la pasión por la cultura islámica,  surgió el viaje y posterior desembarco en Argelia, junto a su madre, huyendo también en parte del violento carácter paterno. Ex pope de la iglesia ortodoxa, Alexandre Trophinowski, salió de la Rusia zarista con la madre de Isabelle y los tres hijos de la dama habidos del matrimonio con el general Paul Carlowitch de Moerder, quien nunca renunció al amor de su esposa. La mujer del general parió en Suiza a Isabelle, pero Alexandre nunca reconocería esa paternidad.

Preparada tanto para el trabajo físico como para la creación literaria, la joven Eberhardt pierde pronto a su madre en la aventura argelina, lo cual no constituye un inconveniente, porque en seguida Isabelle comienza su vida nómada. Convertida al islam, dentro de la corriente qadriya, fija definitivamente, salvo algún viaje esporádico a Europa, su residencia en territorio argelino, todavía en proceso de colonización por parte de Francia. Su fe islámica contrastaba con su anticonvencional modo de vida.

Libre de prejuicios, fumadora de kif, bebedora, desinhibida y a menudo travestida de beduino se dedicó a escribir con pasión sobre el mundo que amaba sin por ello dejar de recorrer a caballo rutas desconocidas para los europeos ya fuera con el ejército francés, en compañía de nativos o a solas. Su particular forma de vida no pasó inadvertida tanto para nativos como para las autoridades francesas. Sufrió un atentado de un fanático musulmán que casi le cuesta la vida y fue acusada de espía por los franceses. "En cuanto a mí, sólo deseo tener un buen caballo, compañero mudo y fiel de una vida soñadora y solitaria, algunos servidores, casi tan humildes como mi montura, y vivir en paz, lo más lejos posible de la agitación -en mi opinión, estéril- del mundo civilizado, en el que me siento de más.


El nomadismo de Isabelle, que firmaba sus escritos como Mahmoud Essadi, tampoco le quitaba tiempo para desarrollar su pasión por las letras, bien colaborando en diarios, anotando sus diarios o escribiendo narraciones sobre el desierto y sus gentes. Tuvo tiempo de casarse con un argelino enrolado en el ejército francés, hasta que la enfermedad y los excesos fueron minando su agraciado físico, agudizados seguramente por su estoicismo y ausencia de celo por una vida cómoda. En sus últimos años vivía casi de la ayuda de conocidos y amistades. Una de las pocas fotografías a la puerta de su casa muestra a una Isabelle envejecida y deformada por los ropajes beduinos que nunca abandonó.

"Lo que tantos soñadores han buscado, lo ha encontrado gente más sencilla. Más allá de la ciencia y del progreso de los siglos, bajo las cortinas levantadas del porvenir, veo pasar al hombre futuro... Y comprendo también que uno pueda acabar en la paz y el silencio de alguna zaouia del sur, acabar en éxtasis, sin deseos ni añoranzas, frente a espléndidos horizontes". Mogreb.

El final le vendrá por sorpresa cuando descansaba en su choza en la localidad de Ain Séfra, Tenía 27 años. A partir de entonces comenzó la leyenda de la denominada amazona del desierto, cuya mitificación humaniza Eglal Errera con el aporte de los ya mencionados diarios y relatos escritos por Isabelle Eberhardt y recuperados debajo de los escombros que la habían matado durante una sorpresiva riada. "Quizá el intenso hechizo de la vida venga de la certidumbre absoluta de la muerte. Si las cosas durarán nos parecerían indignas de apego". Nostalgias. Este es uno de los tantos textos de Isabelle, quien hasta el último momento no perdió su interés por la escritura, a la cual, seguramente aportaría interesantes pasajes como los de dejó fruto de su deambular por tierras entonces poco conocidas. La lectura de sus obras sirve para recalcar que la temprana muerte truncó su arte literario.

Obras en francés:
  • Sud Oranais, 1905, J. Losfeld, Paris, 2003
  • Notes de route : Maroc - Algérie - Tunisie, 1908
  • Pages d'Islam, 1908
  • Trimardeur, 1922
  • Dans l'ombre chaude de l'Islam, 1921
  • Mes Journaliers, 1923
  • Amara le forçat, l'Anarchiste, 1923
  • Écrits sur le sable, édité par Marie-Odile Delacour et Jean-René Huleu, Paris, éd. Grasset, 1988-1989.
  • Rakhil, un roman inédit, La boite à documents, 1996.
  • Au Pays des sables (1re édition sous le titre Contes et paysage, 1925), J. Losfeld, Paris, 2002
  • Écrits sur le sable, édité par Marie-Odile Delacour et Jean-René Huleu, Paris, éd. Grasset, 1988-1989.
  • Amours nomades, éditions Joëlle Losfeld, 2004

Pincha debajo y podrás descargar gratis la obra Amores nómadas.